El ROA (Return on Assets o retorno sobre activos ), dato proporcionado por gran parte de los programas de facturación actuales, es un indicador de rentabilidad económica que relaciona el beneficio obtenido por una empresa con los activos que posee, en un periodo de tiempo determinado:
ROA = EBIT/activos medios ponderados
Contenido
Índice esencial para la toma de decisiones
Para calcularlo, se utiliza el beneficio antes de gastos financieros o fiscales, es decir, lo que se conoce como EBIT o BAII. El uso de esta magnitud elimina los efectos sobre los beneficios de las diferentes legislaciones entre países y los causados por las variadas formas de financiación de las sociedades, lo cual permite igualar distintas empresas para compararlas.
De esta forma, el ROA se sitúa como un indicador esencial para ayudar en la toma de decisiones a los inversores externos y, si su valor es bueno, como garantía de la rentabilidad de una empresa a la hora de presentarla como un buen lugar donde destinar una inversión.
La magnitud con la que se relaciona son los activos medios ponderados, dato que se calcula generalmente como el activo promedio de dos balances consecutivos y que incluye el valor de todos los activos (edificios, patentes, producto…) que posee una empresa en un tiempo determinado. Se utilizan los activos medios para eliminar el efecto de una variación puntual en el activo, pero se puede usar también el dato del activo en un momento dado.
Se dispone además otra forma de calcularlo. Es la siguiente:
ROA = Margen neto x Rotación de activos
El ROA es un valor que indica la rentabilidad de una empresa Clic para tuitear
El margen neto sobre las ventas es el beneficio generado por el volumen total de ventas (EBIT dividido entre el valor de las ventas) y la rotación de activos se calcula dividiendo las ventas por los activos medios ponderados. Es una forma más larga de llegar al mismo resultado, pero muestra más claramente las vías de mejora de este indicador.
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Incremento del margen de las ventas
Por un lado, se puede intentar subir el margen obtenido por cada venta. Como sabemos, esto se consigue mediante el incremento del precio o la reducción de costes. Por otro, se puede optar por aumentar la rotación de activos, es decir, por incrementar las ventas.
Las tres opciones constituyen los objetivos esenciales que guían las estrategias empresariales. Las compañías que ofertan productos de lujo o cuya imagen de marca es muy importante suelen tener el objetivo de subir sus precios, mientras que las empresas con productos más básicos de los que venden muchas unidades preferirán reducir sus costes o aumentar el volumen de ventas, aunque es también habitual una estrategia combinada.
Así, el ROA proporciona el dato de rentabilidad real de una empresa, al informar de cuánto dinero produce cada euro invertido. Es un dato muy útil en varias situaciones y por eso es importante contar con un programa de facturacion que lo calcule de forma continua.
El también llamado retorno sobre activos será esencial para decidir si realizar una inversión o no, para convencer a posibles nuevos inversores e incluso para decidir la estrategia y objetivos a corto y largo plazo de la empresa.
En general, se considera que un buen ROA se sitúa sobre el 5%, por lo que llegar a este valor o superarlo puede ser un objetivo en sí mismo, aunque siempre se deberá tener en cuenta el estado del activo de una empresa, que puede verse modificado por sucesos puntuales.
El ROA y el ROE
El ROA tiene además otro indicador asociado, que mide la rentabilidad financiera en vez de la económica, mediante la incorporación de la financiación de la deuda a la ecuación. Se denomina ROE, Return on Equity por sus siglas en inglés, o retorno de patrimonio:
ROE = ROA x Múltiplo de endeudamiento
El múltiplo de endeudamiento se obtiene dividiendo los activos por el total del patrimonio. La comparación entre los dos ratios informará de la calidad del apalancamiento de la deuda de una empresa, es decir, de si la deuda generada por ella es rentable o no. Hay tres opciones:
– ROE > ROA. Implica que el apalancamiento es positivo y, por tanto, la deuda es rentable.
– ROE = ROA. Cuando ambos indicadores coinciden, implica que la empresa no utiliza deuda para financiarse, sino que lo hace con recursos propios.
– ROE < ROA. El apalancamiento, en este caso, es negativo. Implica que la deuda no es rentable y podría indicar la necesidad de buscar otras formas de financiarse, como una aportación de capital por parte de los socios.
El ROA es, por tanto, un indicador de la eficiencia de una empresa. Es un ratio que va más allá de los beneficios o la cifra de facturación, fácil de obtener y muy útil para monitorizar la marcha de una empresa, tanto para decidir la estrategia de forma interna como para elegir entre varias empresas si se busca invertir. Sin embargo, si se utiliza para hacer comparaciones entre empresas, es preferible que sean del mismo sector, puesto la configuración de los balances varía mucho entre sectores.
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